viernes, 3 de junio de 2011

Perú visto desde el extranjero

Por: Ruth Sánchez Hart

Probablemente muchos de los peruanos y peruanas que lean estas líneas no quisieran estar en la situación que hoy me encuentro (fuera de Perú) teniendo que escuchar cada vez que alguien se entera que soy peruana lo siguiente: “es muy decepcionante observar que en Perú haya gente humilde que apoya a K. Fujimori”.

Aunque todos (dentro y fuera del país) sabemos que la mayor parte de los medios masivos de Perú se han parcializado, haciendo una abierta campaña publicitaria a favor del retorno del fujimorismo al poder, no ha sido imposible para el ojo clínico del lector o televidente, enterarse que la señora Fujimori es la representante de una mafia de ladrones y violadores de los derechos humanos, cuyas manos están manchadas de mucha sangre.


Cualquier persona interesada con un mínimo de seriedad, sobre la actual situación política de Perú, encuentra en la información alternativa (que no aparece en los grandes medios limeños), la catadura moral, política y cultural de la que está compuesta Fuerza 2011. Les llama la atención cómo las empresas periodísticas peruanas pueden haber descendido tan bajo, recurriendo a manipulaciones, calumnias y mentiras contra el candidato de Gana Perú. No logran entender porqué defienden la corrupción y las violaciones de los derechos humanos del pasado gobierno de Fujimori-Montesinos, y quieren otra vez, que la mafia vuelva a gobernar el país.

Gracias a la información que circula por la web y a los recientes reportajes periodísticos provenientes de distintos lugares como Gran Bretaña, Holanda, España, Argentina, México, Brasil, Japón, etc., gente de diversas nacionalidades empiezan a comprender el peligro que acecha a Perú si el candidato Ollanta Humala no gana las elecciones el próximo 05 de junio.

Pero me enrostran más aún, cuando se enteran que soy cristiana, porque también están informadas que hay algunos sectores pertenecientes a las iglesias evangélicas que están apoyando al fujimorismo. Me preguntan ¿si acaso la ética cristiana es compatible con la mentira, la corrupción, las esterilizaciones forzadas, las desapariciones, los asesinatos y el robo al erario público? La verdad, no es fácil para mí explicarles la actitud de esos evangélicos. Otros hermanos en la fe, me cuestionan ¿cómo es posible que haya evangélicos que creen en Dios, y sin embargo apoyan a Fujimori, tal como lo hace el cardenal Cipriani quien ha dicho que los derechos humanos son una cojudez?

Gracias al acceso que tengo a distintas redes sociales, puedo informarles que existe un importante sector de cristianos (el “Colectivo Evangélicos/as por un Perú Digno”), constituido por jóvenes, estudiantes, profesionales, pastores, teólogos, profesores, que desde hace varias semanas vienen realizando un arduo trabajo, para impedir que la corrupción vuelva al poder. Trato de dar explicaciones, diciéndoles que tengo la esperanza que, en estos días que faltan para las elecciones, el pueblo peruano –y especialmente el pueblo evangélico-, apuesten por un nuevo país, votando por el cambio en Perú.

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