miércoles, 11 de mayo de 2011

Estos tiempos que vivimos

Por: Yvan Ruiz
Pastor y Docente del Seminario Bíblico Gamaliel
eyruiz@yahoo.es


Hace 31 años el país retornó a la democracia y los dos gobiernos de esa década, Acción Popular y el Partido Aprista (con García de Presidente) hicieron lo mejor que pudieron para que el sistema democrático fracasara. La década del 80 fue la década perdida para nuestra democracia y el país optó por un outsider que, por diez años instauró un sistema tal, que luego de dar el golpe en 1992 definitivamente se convirtió en dictadura.
Los años noventa devinieron entonces en una década de dictadura con alianza de todos los medios de comunicación bajo la estricta direccionalidad del SIN de Vladimiro Montesinos, socio de Fujimori. Tuvimos el gobierno más corrupto de la historia republicana, y no podía ser de otra manera, pues dictadura y corrupción siempre van juntas, pues no hay quien fiscalice.

Cuando cae el telón de la dictadura de Fujimori por obra del pueblo organizado (los evangélicos del MED fueron parte de ello) y la presión de la comunidad internacional y, añado, por las oraciones de cristianos creyentes en la justicia, la verdad, y en el poder de Quien pone y quita reyes, se abre un panorama nuevo para la democracia.

Ha pasado otra década y la democracia esperada no ha dado sus frutos. Los gobiernos de Toledo y de García, han sido más de lo mismo. Por esa razón, todas las fuerzas de la derecha pensaron que esta era su oportunidad y que merecían gobernar. Kuczynski, Toledo y Castañeda no pensaron que iban a trabajar para Keiko Fujimori y para Alan Garcia. ¿Cómo es eso?

El presidente García necesita de uno de ellos para vivir con mayor tranquilidad los próximos cinco años y volver a ser candidato el 2016. Por eso apostó por Kuczynski en primera vuelta. Pero igual, ahora Keiko Fujimori le cae como anillo al dedo, pues ya tiene experiencia de tratos con el fujimorismo. Lo hizo en 1990, cuando en segunda vuelta García apoyó a Fujimori para ganarle a Vargas Llosa, y a lo largo del último gobierno se han entendido muy bien para que Fujimori tenga una cárcel dorada. Y hay muchos otros negocios políticos alrededor del Congreso donde han sabido jugar en contubernio apristas y fujimoristas.
Quedan dos candidatos y el panorama es tremendamente sorprendente. Keiko Fujimori, la representante del gobierno peruano más corrupto de la historia republicana, y candidata del fujimorismo, está en segunda vuelta. Ollanta, el representante del nacionalismo, también.

Si Keiko Fujimori saliera electa presidenta gobernarán los grandes campeones de la mentira, la corrupción y los culpables de delitos de lesa humanidad. Ella será la pantalla del aparato dantesco que ya gobernó en los ‘90. La van a absorber los tentáculos de poder y corrupción detrás, aunque lo niegue. Y de seguro intentará como prioridad, liberar a su padre, con los artificios que muy bien usaron en la dictadura, como el de la interpretación auténtica. Esto se sabe y se puede comprobar. En el equipo de Keiko Fujimori están las mismas personas que gobernaron con su padre (no tiene otro). De Soto es parte del equipo del 90, no hay que olvidar.

Si Ollanta fuera electo presidente no sabemos lo que vendrá. Lo que se dice sobre un posible gobierno suyo es especulación. ¿Instaurará un nacionalismo al estilo de Velazco? ¿De Chávez? ¿O un nuevo “nacionalismo” cercano a Bachelet y a Lula? Parece que estaría más cercano a Lula. Pero seguimos en especulación, porque dadas las condiciones de América Latina, algo parecido a un gobierno de Velazco y de Chávez, sería ir contra la historia. Y por ello los responsables del gobierno de Ollanta están considerando seriamente este factor. Entonces queda la alternativa de un gobierno al estilo de Lula. Y eso parece ser a donde apunta el equipo de Ollanta, Nadine, el empresario judío Salomón Lerner, Kurt Burneo, Nicolás Lynch, Sinesio López, Alberto Adrianzén, Félix Jiménez e Isabel Coral.

La decisión final será el 05 de Junio, pero las encuestas muestran ya diferencias una de otras. Ipsos Apoyo que es pagada por el Diario El Comercio, diario pro Keiko Fujimori, dice que ella está arriba por 2%. Y Datum dice que Humala está arriba con 0,9 % de diferencia. IOP PUC, encuestadora de la Universidad Católica, independiente y por ello más confiable, señala que Humala aventaja por 0,2 %. (http://iop.pucp.edu.pe). Esta última encuesta indica que 11.1% vota blanco y viciado, y que 7,6% no sabe/no responde. O sea que lo que está en disputa es sólo 7,6% de los votos según IOP PUCP, pues históricamente los votos blanco y viciado son de alrededor del 10 al 12%.

Todos los medios de comunicación están apostando a un solo candidato. Además la encuestadora Ipsos Apoyo esta semana dio dos resultados diferentes. A media semana (4 de Mayo) dijo que Ollanta tenía 39 y Keiko tenía 38%, cuando con tremenda falta de ética deslizó a los medios una encuesta privada pagada por el Banco de Inversión Morgan Stanley donde labora la amiguísima de Fujimori, Susana De la Puente. Pero ahora (8 de Mayo) da a Keiko 41% y a Ollanta 39%. Este manejo estadístico de Ipsos Apoyo se cae con un análisis sencillo. Está diciendo que en cuatro días Keiko subió 3% (de 38% a 41%) y que Ollanta se mantuvo en 39%. ¿De dónde salió esa diferencia si Ollanta se mantuvo igual y asimismo se mantuvo el 12% de voto blanco/viciado y el 8% de indecisos? En la misma última encuesta de Ipsos Apoyo los votos blancos y viciados son el 12% y no precisan (indecisos) el 8%. Entonces realmente los votos en disputa son ese 8% que no ha decidido su voto. Muy similar al 7,6% de IOP PUCP. Ese 8% de los que no han decido su voto son los que van a definir quién gana, 8% y no 20% como dicen los medios (pues 12% ya decidió viciarlo o votar en blanco y eso es históricamente así).

El 8% de indecisos que definirán el resultado final el 05 de Junio son el blanco o target de la campaña política. Si ambos candidatos se dividen 4% para cada uno ganará el que ahora está en primer lugar. Según Ipsos Apoyo es Keiko Fujimori. Según Datum y IOP PUCO es Ollanta Humala. Así que, ésta no es sólo una guerra de candidatos, sino de medios y de encuestadoras. Estamos advertidos.

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