sábado, 7 de mayo de 2011

Los evangélicos y la política. “No más de lo mismo”

Por: Ruth Sánchez Hart
Profesora y misionera - Canadá

Generalmente en nuestras iglesias nos han orientado a no participar en la política, porque ésta es sucia. Hoy vemos que muchos evangélicos participan decididamente en los partidos políticos y nos piden abiertamente que votemos por ellos.
En 1990 varios candidatos al congreso y a la presidencia, se hicieron pasar por evangélicos; asistieron a algunas iglesias y posaron ante las cámaras, mostrando que oraban y leían la Biblia. Y muchos hermanos y hermanas evangélicos creímos en ellos y les dimos el apoyo. Han pasado más de veinte años y hoy sabemos que esos proyectos políticos no eran otra cosa que puros intereses individuales, sin ninguna propuesta de servicio a los más necesitados de nuestro país.

El pasado 10 de abril se eligieron a los representantes al Congreso y el próximo 05 de junio tenemos que elegir al nuevo presidente de Perú. Otra vez surge la pregunta ¿por quién vamos a votar?

Hoy vemos que, prácticamente todos los medios de comunicación (televisión, periódico, radio, web, etc.) quieren manipularnos, diciéndonos porqué candidato debemos de votar. Lamentablemente esos medios no mantienen la independencia informativa, incumpliendo así con la ética periodística, que les exige imparcialidad y equidad con los dos candidatos. Este tipo de conductas por parte de la prensa (manipulación, alteración de cifras, calumnias, etc.) le dan otra vez la razón a quienes nos dijeron que la política era sucia.

Nosotros somos testigos de la realidad social y económica de nuestro pueblo; los especialistas nos dicen que, en estos últimos años Perú ha tenido un gran crecimiento económico, pero no nos dicen que la mayor parte de la población sigue siendo pobre. Esto se debe a que en los últimos veinte años, quienes nos han gobernado nunca quisieron distribuir las riquezas.

Los evangélicos tenemos el 05 de junio un gran compromiso con el país, por eso debemos ser responsables con nuestro voto, apoyando un cambio en la política económica. Necesitamos elegir un presidente, cuyo programa esté dirigido a favorecer la educación, la salud y la alimentación de todos los peruanos y, no sólo del sector económico más opulento de Perú.

Nuestra ética no puede ser manipulada por los medios de comunicación. La ética cristiana debe orientarnos  a pensar en nuestro país en una perspectiva más colectiva. Hay valores que nos identifican como evangélicos y que son incompatibles con la deshonestidad, la corrupción, la injusticia y la violación a los derechos humanos. Si queremos que la política sea menos sucia, debemos asumir más responsablemente la elección del próximo presidente de Perú.

1 comentario:

  1. Interesante y alturado comentario. Hay que estar atentosd a candidatos como Julio Rosas, quien tiene muchas cuestiones que aclarar.

    Ahora, lo que no me queda claro es ¿debe o no debe el evangélico participar en política?

    Saludos

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